La flota comunitaria podrá pescar en este 2017 un total de 7.410 toneladas de esta especie. La Comisión Europa propuso un reparto en base a las capturas del periodo 2010-2014. De esta forma, y a instancias de España, se logró evitar incluir años anteriores, en los que estaba generalizado el uso de redes de enmalle a la deriva.
La Unión Europea dispondrá este año de 7.410 toneladas de pez espada, lo que supone el 71% del Total Admisible de Capturas (TAC) para todo el Mediterráneo. Así se decidió en la reunión del grupo de trabajo para la asignación de cuotas de pez espada del Mediterráneo a las partes contratantes de la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). Esta Comisión se reunió a finales del mes de febrero en Madrid para acordar las claves de reparto previstas en el Plan de Recuperación aprobado para este stock en la reunión de ICCAT celebrada el pasado mes de noviembre en Vilamoura (Portugal).
La decisión indica una fuerte voluntad de cooperar para poner fin a la sobrepesca y compartir la responsabilidad de la gobernanza del Mar Mediterráneo. El plan de recuperación es aplicable durante los próximos 15 años, cubre todo el mar Mediterráneo e incluye a todos los operadores, incluidos los deportivos y recreativos, y países no pertenecientes a la UE, como Túnez, Marruecos, Argelia, Libia y Turquía.
Dicho Plan de Recuperación ya preveía una asignación de cuotas para el reparto, entre las distintas partes contratantes de Iccat, de las 10.500 toneladas del Total Admisible de Capturas de esta especie en 2017. Para ello se fijaron unas claves de reparto que mantienen el principio de estabilidad relativa en los TAC de futuras campañas.
La Comisión Europea, dentro del mandato aprobado por el Consejo, lideró esta negociación, proponiendo un reparto en base a las capturas del periodo 2010-2014. De esta forma, y a instancias de España, se logró evitar incluir años anteriores, en los que estaba generalizado el uso de redes de enmalle a la deriva. En este contexto, el reparto en base a datos históricos se modificó a favor de los países costeros, para lo que se ha tenido en cuenta el Acuerdo de Naciones Unidas sobre stocks pesqueros, así como las resoluciones de Iccat que obligan a valorar aspectos socioeconómicos en los países en desarrollo y a premiar a los países que han establecido normas de conservación voluntarias.
En este ámbito, la prioridad de España era mantener un nivel de capturas que garantice la viabilidad de la flota de palangre de superficie, que depende de esta pesquería, y poner así en valor el esfuerzo realizado en la última década con la implementación del palangre meso-pelágico, que evita la captura de juveniles y otra serie de medidas de protección aplicadas desde 2009.
El acuerdo alcanzado en Madrid, que tiene efecto inmediato, contribuirá a la pronta recuperación del pez espada del Mediterráneo, asegurando así el sustento de los pescadores y las comunidades costeras que dependen de este stock.
Esfuerzos de todos los países
Tras la apertura de la reunión a cargo de Raúl Delgado, 2º Vicepresidente de la Comisión, la Unión Europea presentó un documento en el que se describían las características socioeconómicas de la pesquería de pez espada del Mediterráneo dentro de la UE, que es sobre todo artesanal de pequeña escala, así como los esfuerzos realizados por la UE para gestionar y controlar esta pesquería.
Posteriormente tomaron la palabra, sucesivamente, Argelia, Marruecos y Túnez, que describieron la naturaleza de sus pesquerías de pez espada del Mediterráneo. Al igual que la de la UE, estas pesquerías están compuestas sobre todo por barcos pequeños que pescan con artes de palangre en zonas costeras. Estas capturas abastecen principalmente a los mercados locales y los pescadores implicados dependen en gran medida del recurso, y muchos de ellos tienen opciones limitadas a la hora de pescar otras especies. Libia y Albania también informaron al grupo sobre la importancia de la pesquería de pez espada en sus respectivas áreas.
Marruecos resaltó los esfuerzos históricos realizados para prohibir el uso de redes de enmalle que se utilizaban para dirigirse al pez espada juvenil, y la conversión a otras artes más selectivas. Turquía, por su parte, indicó que había implementado medidas estrictas que incluían la prohibición de redes de enmalle de deriva modificadas utilizadas tradicionalmente en la pesquería de espada del Mediterráneo. Y Libia señaló que su esfuerzo actual por mejorar las estadísticas de captura mediante programas de formación para sus pescadores.
Todos reconocieron que el stock está sometido a un grado importante de sobrepesca y destacaron que el TAC establecido en la Recomendación 16-05 es un primer paso importante para iniciar la recuperación de este stock, “Se requieren medidas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, y esto requerirá de un esfuerzo conjunto de todos los participantes en las pesquerías para respaldar la ordenación responsable , lo que incluye el de las CPC que capturan pez espada del Mediterráneo sólo de forma fortuita”, señalaron desde Iccat.
Varias delegaciones mencionaron los retos asociados con la ordenación de pesquerías de pequeña escala, sobre todo cuando los puntos de desembarque no están centralizados. Los participantes en la cumbre madrileña también reconocieron que el historial de capturas es una parte esencial de los elementos que se tienen que considerar a la hora de asignar la cuota. “También deben tenerse en cuenta factores socioeconómicos, así como los esfuerzos emprendidos por las CPC a nivel individual para gestionar sus pesquerías de un modo responsable y sostenible”, indicaron.