En 2015 los consumidores de la UE gastaron 54.000 millones de euros en pescado y marisco, y consumieron unos 25,5 kg por habitante. Son datos que se desprenden de un estudio publicado por la Comisión Europea, que muestra que hay base para el optimismo: existen oportunidades de mercado no aprovechadas para aquellos dispuestos a diversificar su oferta y dirigirse a grupos socioeconómicos o de edad específicos
Buenas noticias para la industria: un estudio de los hábitos de los consumidores en el conjunto de la UE revela que el pescado y el marisco suelen estar presentes en las mesas de tres cuartas partes de los europeos. Los resultados ofrecen información interesante sobre las preferencias y el comportamiento de los consumidores, así como indicadores útiles sobre cómo podría ampliarse y diversificarse el sector en el que es el mayor mercado mundial para los productos pesqueros.
En 2015, los consumidores de la UE gastaron 54 mil millones de euros en pescado y marisco y consumieron, por término medio, 25,5 kg por habitante. Pero, ¿cuáles son las preferencias y los hábitos de los consumidores de este mercado clave?, ¿qué motiva sus compras? y ¿cumple el mercado sus expectativas? Estas son las preguntas que intenta responder el estudio publicado recientemente por la Comisión Europea
El estudio constaba de dos partes: una encuesta de opinión, realizada a través de más de 27.000 entrevistas cara a cara con ciudadanos de los 28 Estados miembros, y un estudio de mercado que incluía entrevistas con grandes minoristas y asociaciones nacionales de pescaderías.
Los informes encontraron que los consumidores europeos comen pescado con bastante regularidad, especialmente en casa (el 72 % lo hace al menos una vez al mes y el 42 % una vez a la semana). El porcentaje de consumidores que habitualmente consume productos de pescado fuera del hogar es inferior (el 34 % dice que lo hace una vez al mes), si bien con diferencias nacionales significativas. Comprar productos de pescado también es muy frecuente. Cuatro de cada diez europeos lo hace por lo menos una vez a la semana y siete de cada diez, al menos una vez al mes. Solo en Hungría, carente de litoral, una mayoría afirmó que nunca compraban productos de pescado.
Los grandes minoristas desempeñan una función cada vez mayor al final de la cadena de suministro: es ahí donde la mayoría de los consumidores compran sus productos de pescado. Esta tendencia es confirmada por los supermercados, que esperan que su cuota de ventas siga creciendo en los próximos años. Pero el mercado también está lleno de oportunidades para las pescaderías y tiendas especializadas que pueden diversificarse centrándose en segmentos específicos del mercado (como los productos salvajes o exclusivos). También pueden aprovechar sus conocimientos; los consumidores identifican al empleado de la tienda o al pescadero como su principal fuente de información sobre los productos de pescado. Las ventas directas son también un importante canal, especialmente en países con muchos productores a pequeña escala.
Lejos de permanecer anclados en sus hábitos, los consumidores de toda la UE están abiertos a probar nuevos productos. Esta es una noticia prometedora para los vendedores: claramente hay un mercado potencial que espera a ser explotado. Sin embargo, es necesario evaluar cuidadosamente cómo abordar este potencial. Por ejemplo, los consumidores prefieren probar los productos nuevos en casa en lugar de en restaurantes. Y simplemente vender productos más baratos o colocar tantos como sea posible en una estantería o en un mostrador de pescadería puede no ser la forma más eficaz de captar a los consumidores. En pocas palabras, la clave está en tener los productos idóneos en el marco adecuado. El Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca tiene fondos destinados a esto precisamente.
Motivos y preferencias
A la hora de decidir qué comprar entran en juego varios factores. La apariencia, es decir la frescura, es el factor más influyente, seguido muy de cerca por el precio. A los consumidores de la UE también les preocupa la procedencia de sus productos: una relativa mayoría (37 %) prefieren productos de sus propios países, seguidos por aquellos que prefieren los productos de su región (29 %). Más de uno de cada diez (14 %) afirman que prefieren productos de la UE.
Factores que influyen en la compra
Los factores determinantes para los europeos en la compra de este tipo de productos son, por orden de importancia: Apariencia: 58 %, coste: 55 %, origen del producto 42 %, marca o etiquetas: 24 %, y preocupaciones medioambientales o éticas 15 %.
A los encuestados también se les preguntó si preferían el pescado salvaje o criado. Una mayoría prefiere los productos salvajes aunque una gran parte (31 %) afirma no tener preferencias. Alrededor del 14 % dice no saber si los productos que compran son salvajes o criados. Esto sugiere que hay una ventana de oportunidad para la acuicultura europea, ya que los consumidores parecen más preocupados porque sus productos sean frescos antes que por el método de producción empleado.
Razones para consumir productos de pescado
Entre las razones que los consumidores aducen para consumir pescado destacan las siguientes: son saludables 74 %, son sabrosos 58 %, por su bajo contenido en grasas 30 %, fáciles de digerir 19 %, y fáciles de preparar 17 %. Los amantes del pescado destacaron que principalmente consumen productos de pescado porque son saludables (74 %) y porque son sabrosos (58 %). En cambio, la mayoría de las personas que no comen pescado afirman que es porque no les gusta el olor o el sabor de los productos que han probado. Con iniciativas para mejorar el sabor de los productos de pescado o ampliar la oferta, se podría tentar a estos consumidores en potencia para que le dieran otra oportunidad al pescado.
Más de dos tercios (69 %) de los encuestados opinan que las etiquetas de los productos de la pesca y la acuicultura son claras y fáciles de entender. Solo el 4 % discrepa categóricamente. En general, los encuestados confían en la información que se facilita, con el 81% que confía en la información obligatoria, el 74% que confía en la información certificada por organismos independientes y el 71% en la información que ofrece la marca o el vendedor.
En cuanto a la información proporcionada, una gran mayoría de consumidores considera que la mayor parte de la información exigida por la ley es importante, con excepción de la relativa a los artes de pesca. No obstante, también convendría mencionar otros datos en los productos preparados y en conserva, ya que la encuesta indica que los consumidores están muy interesados en saber qué pescado se ha utilizado y su procedencia. Con respecto a la información voluntaria, las disposiciones legales también parecen cumplir las expectativas de los consumidores, con una excepción: más de las tres cuartas partes (76 %) piensa que la fecha de captura o producción debe aparecer en la etiqueta.
Importancia de la información obligatoria
El 94% de los consumidores encuestados se fijan en la fecha de caducidad, mientras que el 88% valora la información sobre el nombre del producto/especie: 88 %. Por su parte, el 85% valora la información relativa a si el producto ha sido congelado anteriormente, si es salvaje o criado (73 %), el 72% quiere saber dónde se capturó o crió, o el arte de pesca utilizado (44 %).
Por lo que respecta a los minoristas, ¿en qué medida están en sintonía con el gusto y la demanda de los consumidores? Un anexo del informe principal aporta algunas indicaciones. Dependiendo del minorista y de la región, el porcentaje de productos que tienen su origen en la UE varía del 45 % al 100 %. Para ajustarse a la demanda del consumidor, el 56 % de los minoristas venden pescado fresco.
Alrededor de un 59 % de los minoristas afirman que ofrecen a sus consumidores productos con etiqueta ecológica aunque, en algunos casos, prefieren no mostrar logotipos para evitar confundirles. Se señaló que no todos los grupos destinatarios quieren la misma información. En realidad, la encuesta de opinión confirma que esta información debe ir dirigida a grupos sociales y de edad específicos.
Los minoristas informan que la cuota de mercado de los productos de la pesca y la acuicultura se mantuvo estable en el periodo 2010-14 e incluso experimentó algunos pequeños aumentos. El mayor impacto se produjo en el pescado fresco preenvasado.
Si bien las conclusiones son numerosas y diversas, tanto la encuesta al consumidor como el informe sobre el mercado minorista muestran que hay base para el optimismo: existen oportunidades de mercado no aprovechadas para aquellos dispuestos a diversificar su oferta y a dirigirse a grupos socioeconómicos o de edad específicos. Los pescadores y los minoristas ya han tomado nota.