“El mejillonero es, dentro de los sectores de la economía gallega, aquel en el que la igualdad de género es más elevada. Hablamos de un factor social relevante y que se debería poner en valor y potenciar”. Tal fue la contundente afirmación ayer de Gonzalo Rodríguez, doctor y profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago, en su intervención en la jornada “El valor del mejillón en Galicia y sus retos futuros”, que se celebró en Vilagarcía de Arousa por iniciativa de la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega).
Rodríguez explicó que en el sector de la conserva, por ejemplo, “es cierto que hay muchas mujeres, sin embargo todas son operarias. Pero en el caso del sector mejillonero, las mujeres van en los barcos, son gerentes, dirigen empresas, van a las bateas…”. Es por ello, continuó, “que el mejillonero es un sector en el que existe una importante igualdad de género que no se da en la pesca ni en otros sectores económicos. Y esto implica un carácter no sólo más igualitario, sino también más abierto”.
El doctor en Economía Aplicada explicó que en la economía gallega hay tres grandes sectores de actividad: el automóvil, el complejo agrario y el complejo marítimo-pesquero. En este sentido, expuso que “los tres tienen un peso similar en el conjunto de la economía gallega, aunque luego haya otros que tienen una enorme notoriedad pero cuya aportación en términos de rentas, de salarios o de impuestos es más reducido”.
Gonzalo Rodríguez se refirió al peso del sector mejillonero en muchas zonas de Galicia, circunstancia que explicó en la enorme demanda que éste realiza sobre actividades proveedoras como cabos y redes, gasolineras, astilleros, varaderos, pintura, abogados, asesores o transporte, entre otras. “Es una actividad que tira de otros sectores de la economía gallega, con lo que tiene un efecto de arrastre. De modo que por cada euro de producción, hay 25 euros de demanda directa de otros sectores”, adujo.
El profesor de la USC incidió en que el mejillonero es un sector que genera un ingreso “socialmente muy distribuido. Así, frente a lo que observamos en la economía actual, en la que la desigualdad crece y la renta tiende a concentrase en los extractos más altos, en el caso del mejillón hablamos de una renta muy repartida entre muchas personas, muchas familias y que contribuye a mantener una cierta igualdad”. Este carácter social es, según Gonzalo Rodríguez, “uno de sus grandes valores de este sector y lo convierte en uno de los soportes de la economía local en la costa gallega”.
Previamente intervino en la jornada organizada por Opmega su presidente, Ricardo Herbón, quien destacó la trayectoria de la organización desde su fundación en 1986 y apeló a la necesidad de la identificación de origen del producto “porque somos productores de alimentos y tenemos una responsabilidad ante la ciudadanía y el entorno”. Herbón puso de manifiesto que Opmega es la única organización de productores de mejillón que existe en Galicia y “fue de las primeras que se crearon en España tras la entrada en la Unión Europea”.
El alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela Paz, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes “al epicentro de la miticultura gallega”, al tiempo que destacó la importancia de la actividad económica que genera el sector. Varela señaló que la relación de Vilagarcía con el mejillón “es larga y fructífera” y apostó por la organización de eventos como el puesto en marcha por Opmega por su importancia y porque “en este mundo globalizado, queremos seguir siendo los primeros”.
Por su parte, el director general de Ordenación Pesquera y Acuicultura, José Luis González Serrano, anunció en la inauguración del acto la próxima creación de un Laboratorio Nacional de Referencia en el Control Microbiológico, que espera que sea una realidad este 2018. El representante de la Secretaría General de Pesca, que no precisó la ubicación de este centro, se refirió asimismo a los “momentos de cambio que estamos viviendo en la sociedad y en muchos de los sectores productivos” y a los desafíos actuales relacionados con la comercialización y la sanidad. (Cabe destacar que este anuncio se produjo antes del cambio de Gobierno).
Serrano también centró su discurso en el sector del mejillón y en los retos derivados de la planificación espacial del medio marino que exige la Unión Europea a los estados costeros, un trabajo en el que, dijo, “el sector del mejillón tendrá mucho que decir” y que “tendrá que abordarse en los próximos meses”.
Récord de descargas y facturación en 2017
La Conselleira do Mar, Rosa Quintana, señaló por su parte que los bateeiros consiguieron en el año 2017 la cifra más alta de descargas y de facturación de la última década y trasladó que el pasado año los mejilloneros desembarcaron 267.000 toneladas en lonja y facturaron alrededor de 122 millones de euros, unas cifras, subrayó, que aumentaron un 11% respecto a las de 2016, tanto en cantidad descargada como en valor.
Asimismo, la titular de Pesca subrayó que el protagonismo del mejillón también se refleja en las ayudas que reciben y destacó que en 2017, al igual que en ejercicios anteriores, el sector bateeiro fue el mayor beneficiario de las ayudas para inversiones productivas en acuicultura. De hecho, continuó, el pasado año el 75% de estas subvenciones fueron para el sector miticultor, más de dos millones de euros. Quintana insistió en la necesidad de apoyar el potencial del mejillón como “máximo exponente de la acuicultura gallega”.
Los efectos del cambio climático en el cultivo del mejillón
El investigador del CSIC Antonio Padín y el catedrático de Microbiología y Parasitología de la USC Jesús Ángel López Romalde protagonizaron la parte científica de la jornada, centrando sus intervenciones en los efectos del cambio climático en el mejillón, el primero, yen el I+D+i, el segundo.
Padín se refirió a los cambios oceanográficos que se han observado en la costa gallega y que se han analizado a través del proyecto Mytiga, concretando estos resultados en los intereses y consecuencias que puedan afectar al mejillón. El experto del Instituto de Investigaciones Mariñas señaló que el cambio climático aún no ha afectado a la producción de mejillón “pero al registrarse un incremento de las temperaturas, ya hay cambios que se observan en las comunidades fitoplanctónicas”. Esto, destacó, “puede derivar en más episodios de cierre de polígonos de bateas por biotoxinas e incluso en cambios en la comunidad que comparte espacio con el mejillón, como pueden ser la anémonas”. En este sentido, Antonio Padín explicó que ya hay consecuencias reales de los efectos del cambio climático sobre el mejillón: “Empezamos a monitorizar en 2015 y ya hemos detectado, por ejemplo, en polígonos de la boca de la Ría de Arousa, un mayor número de anémona”.
Tras él, Jesús Ángel López Romalde habló de diversos retos a los que se enfrenta el sector del mejillón, como los problemas para captación de semilla, que es uno de los temas claves para el mantenimiento de la producción y las posibles nuevas patologías del propio molusco. En este ámbito, señaló que en Francia están apareciendo mortalidades en el mejillón muy importantes, lo que obliga a preparase para combatirlas.
López Romalde también habló del interés en desarrollar envases inteligentes y activos para mejorar la vida útil del mejillón.
Antes de la clausura de la jornada, que consistió en una degustación de productos realizados con Mejillón de Galicia, el conocido chef Yayo Daporta habló de su relación con este producto y ensalzó su gran calidad. “Mi cocina está muy contextualizada con el mar, con Cambados y, sobre todo, con los moluscos. De hecho, desde que abrimos el restaurante estos productos son un poco la piedra angular de todo lo que hacemos”, dijo. Con respecto al mejillón, el televisivo cocinero aseguró que no se ha valorado lo suficiente: “No somos los mejores prescriptores del mejillón porque estamos tan habituados a comerlo que no le damos el justo valor que tiene”.
Más información sobre Opmega
Opmega es una organización de productores con ámbito de actuación nacional reconocida por Orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de 30 de diciembre de 1986 (Boletín Oficial del Estado nº 23, de fecha 27.01.1987) como la OPP-18. Constituida originalmente como OPMAR, cambió su denominación social a Opmega en el año 1996. Desde su fundación, la organización, que aglutina a productores de todas las rías gallegas, trabaja para mejorar y defender los intereses de sus productores y del Mejillón de Galicia.
Opmega es la organización más representativa el sector mejillonero gallego y está presente en todos los f0ros, tanto autonómicos como nacionales, donde se debatan y se tengan que defender y publicitar los intereses del sector. Actualmente está integrada por 753 bateas y 522 socios agrupados en 11 delegaciones distribuidas en las rías de Muros y Noia, Arousa, Pontevedra y Vigo.