En sólo cuarenta años la familia de Salvador Ramon ha pasado de un local en La Boquería de Barcelona a tres puestos en Mercabarna y varias empresas dedicadas a la elaboración de pescado. Y todo ello gracias a la garantía de calidad que imprimen en sus productos y en el servicio que ofrecen a sus clientes. Con una facturación de 90 millones de euros en 2017, el objetivo de esta empresa pesquera para este ejercicio, y los siguientes, es mantener el crecimiento sostenido de la última década, “que nunca ha bajado del 10%”.
Usted representa la tercera generación de una familia que lleva más de 40 años dedicada a la comercialización de pescado. ¿Qué pesa más el orgullo o la responsabilidad?
Hablando metafóricamente, en el día a día, el orgullo compensa la fuerza gravitacional de la presión de la responsabilidad, son fuerzas contrapuestas. En este momento, podríamos decir que estamos más centrados en la responsabilidad, el orgullo imagino que es algo para disfrutar mejor, al final de una carrera.
.En estas cuatro décadas han pasado de un local en La Boquería de Barcelona a un total de tres puestos en Mercabarna y varias empresas donde realizan la elaboración del pescado que después comercializan. ¿La idea es seguir creciendo o consolidar el negocio actual del grupo?
No vamos a parar, nuestro objetivo es consolidar mientras continuamos creciendo, así llevamos haciendo estos últimos años.
Desde el primer puesto que tenía su abuelo, su familia siempre ha destacado por su impronta de calidad, tanto en el producto como en el servicio. Entiendo que eso les ha ayudado a fidelizar a sus numerosos clientes.
La calidad en el trabajo, en la calidad humana de los componentes del equipo, en la relación con los clientes y los proveedores, es la norma numero uno. Trabajamos con proveedores desde hace más de 20 años, igual que con nuestros clientes. Una relación así sólo se mantiene si existe calidad en todos los niveles, el primer factor de calidad es la relación con el cliente y el proveedor, después ya vendrán factores mas específicos y/o técnicos, pero lo primero, es entender el negocio de nuestro cliente y sus necesidades. La selección en la calidad de la materia prima es obvio que es fundamental.
¿Cuándo comenzó la alianza con sus socios mexicanos y qué fue lo que les hizo apostar por esta unión?
En 2011 empezamos a comprar atún Mexicano, pero a operadores que intermediaban. Al conocer la flota, y sus valores, hicimos una apuesta por la internacionalización y la defensa de un atún mexicano, entonces minusvalorado y boicoteado por gran parte de la industria europea.
La flota mexicana es la mejor flota atunera del mundo. Después de 20 años en este negocio, puedo afirmar que no conozco otra organización que cumpla con las normas de sostenibilidad y rigor como lo cumple México.
La calidad actual del atún mexicano es valorada hoy como se merece. De esta forma, en apenas seis años hemos pasado de ser el atún barato en Europa a ser el atún más valorado. Eso sólo se consigue con calidad y perseverancia, y, en eso, nuestros amigos mexicanos son los reyes.
Además de otras especies como el pez espada, hace veinte años empezaron a trabajar con atún. ¿Cómo les está yendo con esta línea de pescado?
El atún se ha convertido en nuestro eje vertebrador. Hace unos años, analizando el mercado global, y con intención de poder abarcar mas mercados, nos dimos cuenta de que pocas especies son consumidas en todos los países y por todas las culturas como lo es el atún. La apuesta fue clara en ese momento, y continuaremos apostando por ella en el futuro, la sostenibilidad de la pesca marca la diferencia.
El producto que comercializan cuenta con el certificado MSC y ustedes tienen el IFS. ¿La calidad es una forma de distinguirse?
IFS ha sido una herramienta de mejora interna que nos ha ayudado a hacer mejor las cosas, no podemos parar de mejorar si el mundo no lo hace. El ritmo de la industria nos marca el camino. Hoy no se puede comerciar sin certificaciones de calidad como IFS. O estás dentro, o estás fuera, no hay termino medio. MSC ha sido nuestra mejor apuesta, después de un periplo por varias certificaciones y pseudo certificaciones que garantizan la sostenibilidad del medio, vimos claro que la única que garantiza realmente este punto es MSC. Al final del día, solo puedes trabajar bien, si vas bien acompañado.
Aunque su oficina central está en Barcelona cuentan con otra sede en Francia. ¿Cuántos trabajadores tiene ahora mismo el grupo?
El grupo cuenta con cerca de 300 empleados, repartidos en varios centros operativos, y varias compañías, cada una de ellas forma parte de la cadena FRIME. Estamos integrados e intentamos llegar del barco al cliente, controlando todos los procesos intermedios.
¿Cuál es la especie y la elaboración que realizan que tiene más éxito?
Somos buenos en pocas cosas, solo producimos Doscidicus Gigas, en más de 20 formatos; pez espada en más de 25 formatos, y yellowfin en más de 60 formatos. Estas tres especies son las que dominamos, en el resto de las especies, cada vez que nos hemos metido hemos perdido dinero.
Creo que uno de los países a los que exportan sus elaboraciones es Israel ya que disponen del certificado Kosher. ¿Qué medidas han debido adoptar para obtenerlo?
Kosher para nosotros es importante. Hace ya unos cuantos años, me quedé prendado de Israel, de su cultura y de su forma de hacer comercio, me sorprendieron. Fue entonces cuando se convirtió en un reto poder vender nuestro atún en Israel.
¿En qué países están vendiendo ahora mismo?
Vendemos a una media de 39 países cada semana. Etiquetamos en mas de 30 lenguas. En nuestras oficinas puedes escuchar cualquier idioma hablado a 3.000 km a la redonda.
¿Vender con marca propia fuera de Cataluña es un proyecto que tienen en mente o es algo que descartan?
La marca Salvador®, ya esta presente en todo el mercado europeo, para el canal distribuidor, desde hace mas de 10 años. Para el canal consumo final no vemos, a corto plazo, la posibilidad de implantar marca propia, nuestras caducidades son muy cortas como para implementar marca propia a un lineal de frio de una tienda que esta a 2.000 km.
Si no me equivoco, Frime es la empresa que actualmente tiene más estocaje de atún certificado MSC, un bien escaso del que a veces hay falta de abastecimiento. Entiendo que para sus clientes eso es una garantía.
Cada vez más los clientes entienden que MSC garantiza la sostenibilidad de la pesquería, y eso da valor a nuestro atún. No obstante, queda mucho por hacer, el sur de Europa, debe hacer un ejercicio de concienciación y empujar al sector hacia una certificación de sostenibilidad que garantice el futuro. En el sur de Europa, aun estamos verdes en estas cuestiones.
En 2017 su facturación fue de 90 millones de euros, ¿cuál es la previsión para este año?
Esperamos superar los 110 M de €, pero la pesca es incierta, y dependemos de ella. Nuestro crecimiento anual, en los últimos diez años, nunca ha estado por debajo del 10%. Esperamos continuar esta tendencia por muchos años.
A finales de 2017 Frime se convirtió en la primera empresa pesquera en aceptar el pago de sus productos con bitcoin. ¿Realmente les ha ayudado a agilizar las transacciones internacionales, que creo que fue el motivo que les impulsó a adoptar esta moneda virtual?
Como dice el refranero: “Nos hemos hecho mas sabios que ricos”, pero este aprendizaje estoy seguro que nos ha dado ventaja frente a los competidores que aún no apuestan por la tecnología Blockchain. Creo firmemente que en poco tiempo todo lo que nos rodea estará basado en blockchain, así que mejor empezar a aprender acerca de esta tecnología.
A nivel práctico, blockchain nos ha ayudado en la agilización de la apertura y gestión de las cartas de crédito.
¿Nos puede hablar de algún proyecto para el próximo año?
Si todo va bien, 2019 será el año donde Frime construirá su centro logístico y de frío. La construcción de un frigorífico que dé servicio de frio a -60, -40 y -25 ºC es el proyecto que tengo en mente para 2019.
M.B.