Julio Morón está al frente de una organización que hace bastantes años que entendió que la pesca responsable era la única garantía para un futuro sostenible. Y han predicado con el ejemplo ya que la flota de Opagac ha estado siempre liderando iniciativas para mejorar la capacidad de pesca de sus barcos y para reducir el impacto sobre el ecosistema. Estos proyectos que han llevado a cabo lo han hecho siempre de la mano de instituciones como el Instituto Español de Oceanografía o Azti, y también en colaboración con grupos ecologistas como WWF. Su última iniciativa ha sido un certificado de Atún de Pesca Responsable para sus productos que desde el mes de junio ya se puede encontrar en las latas que venden algunas superficies comerciales.
Estos días se ha reunido la Comisión del Atún del Océano Índico en la que no se ha conseguido un acuerdo sobre el atún de aleta amarilla. ¿Cuál es la valoración de Opagac sobre los resultados de la reunión?
Ha sido un poco frustrante, la verdad. La Unión Europea ha intentado una vez más poner sobre la mesa unas medidas de gestión de bastante más calado que las que se aprobaron finalmente, pero fueron rechazadas. Los negociadores comunitarios presentaron una serie de disposiciones en las que incluía a prácticamente todos las partes contratantes de la CTOI (Comisión del Atún del Océano Índico) que pescan rabil, que es la especie que estaba en regulación, pero una vez más no fue posible sacarlas adelante. Cuando la UE ha intentado meter en el marco normativo a otros países, éstos rechazan entrar, al igual que rechazan que haya más transparencia en la pesquería con un aumento del número de observadores, como se está haciendo con el cerco. Nosotros tenemos el 100% de cobertura de observadores, mientras que el resto de artes y de flotas no cubren ni siquiera el mínimo que solicita la CTOI, que en el caso de los cerqueros es un 20% y en el caso de los palangreros es sólo de un 5%. y no lo cumple Y en el caso de las redes de enmalle a la deriva, la cobertura es cero, a pesar de ser el arte más abundante y el que más contribuye a la pesca de esta especie.
Así que cuando Europa exige un poco más de transparencia para obtener más información sobre la especie y poder gestionar mejor el recurso, se encuentra con este rechazo por parte de los países que conforman la CTOI, no sólo los costeros, sino también por parte de los asiáticos.
Parece que el peso de la UE en las organizaciones regionales de pesca no es el que debiera por la importancia de su flota, ¿no sería el momento de cambiar las cosas, empezando por la forma de votar?
Ya nos gustaría pero , sinceramente, eso es imposible. Las regulaciones de las ORP’s, el sistema de voto está establecido como está en las convenios que rigen estas organizaciones y modificar eso es misión imposible. Los países integrantes quieren mantener todos su cuota de poder. Yo no creo que sea tanto una cuestión de voto como de verdadera responsabilidad por parte de los países que conforman estas comisiones. Cuando se habla de las ORP’s para que se acusa a las secretarías pero lo que todo el mundo debe tener en cuenta es que las organizaciones regionales de pesca la componen los países que forman parte, y hay muchos países, como ha pasado con Pakistán, que ha objetado a una resolución que estaba escrita en 2021 por la cual se prohibían las redes de deriva y ha objetado ahora, en 2019. Y la India, en una resolución en la que se planteaba de manera voluntaria un cierto reemplazo de las redes de deriva por otras artes de pesca menos nocivas para el medioambiente, lo quería objetar. Con este clima política es complicado hacer gestión responsable, la verdad.
Coincidiendo con la celebración en Bruselas de la Seafood, anunciaron la puesta en marcha del proceso para certificar todas sus pesquerías en los tres océanos en los que opera y para las tres especies que captura (rabil, listado y patudo). ¿Cómo se gestiona todo esto?
Sabemos que es un proyecto ambicioso y tenemos por delante un trabajo complicado, somos conscientes de ello. Pero, por otra parte, llevamos ya casi tres años con nuestro Proyecto de Mejora de Pesquería (FIP) con WWF y este trabajo nos sirve precisamente para ir preparando lo que es el salto y el objetivo del programa de este FIP, que es saltar a la certificación MSC. Reconocemos que es una pesquería muy compleja ya que implica a tres océanos, cuatro organizaciones regionales de pesca, en principio a tres especies, lo que sale a 12 stocks. Ahora mismo estamos viendo en qué estado se cuenta cada uno de los stocks y ver si podemos entrar en el proceso de certificación del mayor número posible. En este sentido, los avances que hemos ido haciendo con el Proyecto de Mejora de Pesquería nos da cierta esperanza de que por lo menos podamos hacerlo en la mitad.
¿De cuántos años estamos hablando?
La certificación tardará más o menos un año y media en hacer los informes, aún así puede durar algo más porque pueden surgir retrasos. Nosotros esperábamos tener el proceso completado en un año, pero las últimas estimaciones que nos están dando los certificadores alargan un poco este plazo.
En el mes de junio han empezado a vender atún con el sello de Atún de Pesca Responsable. ¿Cómo ha sido acogida esta iniciativa por parte de los consumidores porque cuando nos preguntan todos queremos productos de la pesca sostenible, pero de ahí a pagar más?
De momento no tenemos información de cómo ha sido la respuesta del público ante esta nueva certificación, pero para nosotros ha sido la culminación de un proceso que empezamos hace ya tres años de certificar que las condiciones a bordo de los buques que suministran el atún al mercado español son las que se deben. La sociedad occidental, como bien dices, es por decirlo de alguna forma bastante hipócrita, nos preocupamos mucho por la sostenibilidad de los recursos, pero nadie se ha preocupado por los pescadores, que son los principales actores en esto. Nosotros tenemos en el ADN de nuestras compañías la consideración por el trabajo y, evidentemente, por los trabajadores y hemos hecho esta certificación que de alguna forma le da la tranquilidad al consumidor de que la lata de atún que está comprando está hecha con atún de barcos en los que no se practica ni la esclavitud moderna, ni el trabajo infantil, que todo el mundo cobra según las normas de la Organización Internacional del Trabajo, que tiene en su convenio 188 recogidas las condiciones de trabajo. Esperamos que eso se valore, pero aún no han pasado ni un mes desde que salió al mercado y no sabemos el impacto real sobre el consumidor. Como apuntas, todos quieren apoyar la pesca responsable pero si le dices que tiene que pagar 10 céntimos más, coge la lata más barata. En el caso del atún que, además, es un producto de oferta, el reto es aún mayor porque es de consumo masivo y hay pocas personas que estén dispuestas a pagar un poco más.
¿No hay un problema con el precio del atún, no es demasiado barato?
Sin duda, y esto es muy sencillo de entender. Se venden cinco millones de toneladas en el mundo y quizás sólo el 15% están producidas por flotas que aplican los estándares europeos y que tienen unos costes de explotación mayores, la mayoría de la producción procede de flotas asiáticas, con sistemas de trabajo que implican costes muchísimo menores, y eso explica que tengan esos precios. Sigue habiendo mucha materia prima muy barata que no permite cubrir en muchos casos los costos de explotación.
La UE exige en las organizaciones regionales de pesca mayores medidas de control, reforzar la lucha contra la pesca ilegal, pero ese atún del que me habla está entrando por las fronteras europeas
Efectivamente, ese es el análisis. Para nosotros la competencia desleal de esas flotas sigue siendo nuestra principal preocupación. El atún entero congelado está libre de aranceles desde hace muchísimo tiempo, desde los años 70, es decir que cualquier atún entero que venga a una conservera europea, no tiene que pagar ni un céntimo de arancel. Y a pesar de esto, la UE sigue aceptando que aumente el contingente de lomos de atún, que se hacen principalmente en China, libre de impuestos. Las autoridades comunitarias no tienen en cuenta que muchos de esos lomos que entran’ como duty free’, o incluso los que entran con aranceles, no cumplen los requisitos que están exigiendo en todo el mundo. Nosotros tenemos ahora un reto por delante que es pedir a la Unión Europea y a los estados miembro, -que son los que no terminan de hacer bien los controles-, que sean conscientes de que el atún que se consume en Europa debe cumplir con las mismas medidas que exigen a las flotas comunitarias. En eso estamos actualmente.
También existe el problema de que el sector transformador compre ese producto
A ver, el sector transformador hace lo que tiene que hacer porque cuando las condiciones de mercado les facilita tener una materia prima, es lógico que la compren. El no comprarla sería perder una competitividad que les facilitan, y cuanto más barata sea esa materia prima, mejor para ellos. Pero lo que tienen que entender también es que nuestra supervivencia está en poder competir de manera leal con nuestros compañeros asiáticos que son capaces de vender ese producto tan barato. Además, para nosotros el hecho de que unas especies que están en recuperación, como es el caso del rabil de Índico o el patudo del Atlántico, se puedan vender como productos de oferta, sinceramente nos supone un problema filosófico. Cómo es posible que el atún, que es una fuente de proteína silvestre natural 100%, pueda estar vendiéndose un pack de tres a menos de lo que nos cuesta un café. Es algo que está condicionado por las circunstancias del mercado y esto tiene que cambiar de alguna forma. Los conserveros no tienen la culpa si el marco regulatorio es así, están aprovechando la competencia que les facilita el mercado.
Ya, pero el sector transformador también pide después un mismo campo de juego con las mismas reglas para todos
Exactamente, y creo que ahí tenemos un punto de encuentro. Por eso se creó el Observatorio de Trazabilidad de los Productos de la Pesca, que lleva tiempo funcionando pero que no termina de cambiar la situación actual. Tendremos que darle una nueva vuelta para ver si podemos cambiar el panorama actual.
Hablábamos antes de las condiciones de trabajo a bordo de los barcos, ¿cómo pensáis cumplir con el nuevo registro de la jornada laboral?
Estamos hablando con la Administración, precisamente para saber cómo podemos llevar a cabo ese registro horario, que cumpla con la ley y que sea compatible con la actividad pesquera. Lógicamente cuando se está a bordo de un barco, todo el mundo quiere terminar cuando antes y volver a casa cuanto antes, sería absurdo que esa condición especial que tiene la actividad pesquera no se pueda recoger en la regulación de los horarios.
Por último, me gustaría hablar de cambio climático. ¿Están notando algún movimiento de las poblaciones de peces que se puedan achacar a este problema?
De momento no es algo muy patente, aunque sí tenemos constancia de episodios puntuales y, por ejemplo, pescas más al norte o al sur de lo que pescabas antes. El rango de distribución de los atunes tropicales puede estar en expansión debido al cambio climático y lo digo en condicional porque son suposiciones, todavía no hay evidencias claras. Lo que sí es cierto es que se dan cosas extrañas como lo que pasó hace dos años con la captura de patudo en el Golfo de Vizcaya, que era algo fuera de lo común. De momento, en lo que es el atún tropical no tenemos evidencias claras de que el cambio climático esté afectando a las poblaciones de atún, tenemos ciertos indicadores que apuntan hacia ahí, pero a nivel operativo no lo estamos observando.