El pasado mes febrero, el Círculo de Empresarios de Galicia acogió un encuentro empresarial entre Juan Virgilio, director general de la Asociación Empresarial Eólica; Francisco Silva, delegado de Iberdrola en Galicia, y Abel Méndez, director Comercial y Desarrollo de Negocio de Navantia Seanergies. La jornada estuvo centrada en la eólica marina flotante en una semana clave para el sector, ya que unos días antes, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico anunciaba la consulta pública del ‘Proyecto de real decreto por el que se regula la producción de energía eléctrica en instalaciones ubicadas en el mar’.
En el horizonte, 2030, año en que se espera que los parques puedan empezar a funcionar. Todos ellos coinciden en que este avance en el marco regulatorio, aunque aún con muchos retos por delante, supone una oportunidad de oro como país. En concreto para Galicia, mencionaron, como hub industrial y de desarrollo de componentes de soluciones energéticas en el futuro.
José García Costas, presidente de Navalia, abría este encuentro destacando las oportunidades que la eólica marina flotante ofrece al sector naval, desde la innovación, la generación de proyectos o la creación de empleo. Aunque, también mencionó la controversia que genera este asunto en el marco del debate social, subrayó que supondría ir un paso más allá en la creación de energía eficiente y sostenible, ya que juega con las ventajas de la flexibilidad, la ubicación y la reducción de impactos ambientales.
García Costas cerraba su intervención reafirmando su compromiso con un futuro mejor para las próximas generaciones y anunciando como objetivo de cara a la décima edición, que la organización ‘trabajará para que en NAVALIA 2026 cuente con un pabellón dedicado a la eólica marina’.
Durante su intervención, Juan Virgilio, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), ha situado a España como uno de los referentes mundiales al respecto de la eólica marina ya que nuestro país cuenta con el 75% de toda la cadena de valor de la tecnología eólica marina. ‘Somos referencia, antes que Estados Unidos y Japón, y eso hay que aprovecharlo’, señalaba. Virgilio se ha mostrado optimista durante toda su intervención en cumplir la agenda 2030, pero sin olvidar que para que la energía eólica marina flotante sea una realidad, requiere de la colaboración y voluntad de muchos actores. ‘Esta es una oportunidad sin igual. Hace 30 años era impensable formular un proyecto de este tipo en nuestro país. Necesitamos marcos retributivos e incentivos. España es el tercer país del mundo en aprobación de patentes en eólica gracias a unos apoyos iniciales. Esa alineación entre energía, industria e innovación es lo que tenemos que reproducir ahora con la eólica marina, sino la cadena de valor se irá a otros lugares que sean más propicios’, señaló el director general.
También destacó las ventajas que supondría para nuestro país contar con un sector de energía renovable propio y, aseguró, que estamos en el momento preciso para posicionarnos los primeros en nuevos mercados que hoy son imposibles. ‘Además de infraestructuras clave (construcción naval y logística portuaria), talento y experiencia dentro del sector eólico, España cuenta con prototipos que harían que estuviésemos en la Champions league industrial y tecnológica. Pero antes, el sector tiene que navalizarse. Sabemos mucho de energía, pero no sabemos de mar. Hay que fusionar ambos sectores’, añadió.
En esta misma línea, ha destacado que la energía eólica marina flotante puede desempeñar un papel crucial en los próximos años, pero para eso necesita el apoyo de la sociedad, especialmente de los sectores del mar y actividades costeras, que también lo perciban como un proyecto de futuro que puede generar más de 7.500 empleos en 2030, con un aporte de 9.000 millones de euros al PIB. ‘Cuando decimos que tenemos que colaborar desde ya, nos referimos a que, cuando haya que reparar una pieza, tenemos que pensar cómo se haría en el propio diseño del parque, y eso puede condicionar la forma del astillero. Eso todo es lo que se está definiendo ahora mismo’, zanjó el director general de AEE.
Francisco Silva, delegado de Iberdrola en Galicia, ha puesto de manifiesto el gran recurso eólico de nuestra comunidad autónoma, si bien ‘las condiciones meteoceánicas son duras, lo que hace más complejo los proyectos por accesibilidad al mar tanto en fase de construcción como de PEM’. Silva ha destacado también el atractivo de este tipo de proyectos para todos los países por la alta generación de industria y empleo que implican, además de reforzar la cadena de suministro para lograr la independencia energética y una energía limpia que tendrá un indiscutible impacto ambiental que beneficia a todos los países del mundo. ‘Estamos en un proceso de descolonización general. Las energías renovables reducen los gases efecto invernadero y tóxicos; las renovables serán la gasolina verde de los vehículos, eliminarán las emisiones y enfermedades y nos llevarán a la independencia energética. No tenemos gas ni petróleo, pero si tenemos recursos’, zanjó el delegado de Iberdrola en Galicia.
Finalmente, Abel Méndez, director Comercial y Desarrollo de Negocio de Navantia Seanergies, se ha centrado en las previsiones para el final de esta década, que apuntan a una actividad frenética en el sector de la construcción offshore en Europa y una oportunidad sin precedentes de empleo duradero de calidad. En este sentido, y para aprovechar estas oportunidades, ‘es imprescindible la capacitación de profesionales y empresas que deseen invertir y diversificarse, y la coordinación de estas para articular una cadena de suministro más parecida a la industria del automóvil que a la construcción naval, que permita hacer frente a las necesidades en España y resto de Europa’ ha dicho. ‘Somos la envidia mundial en infraestructuras portuarias. Estamos estableciendo un ritmo de trabajo y explicando a las empresas lo que vamos a necesitar y cuándo’, concluyó Méndez.