Marine Instruments es una empresa gallega dedicada al diseño y la fabricación de equipos electrónicos principalmente para el sector pesquero. Desde sus inicios en 2003 no ha parado de crecer logrando posicionarse, en menos de una década, como el primer fabricante de boyas satelitarias de atún a nivel mundial, con presencia en más de 25 países. Calidad e innovación son los pilares fundamentales de Marine Instruments, tal y como nos cuenta Juan Luis Freire, responsable comercial de palangre, quien también ha hablado con Industria Atunera de los productos que tiene la empresa para la flota del palangre y de los nuevos proyectos en los que se encuentran inmersos en la actualidad.
En junio organizaron en Vigo el Congreso sobre Observadores y Monitoreo electrónico, ¿cómo resultó el evento?
La verdad es que fue un éxito, hubo unos 300 asistentes y entre ellos, numerosos biólogos que trabajan como asesores embarcados. En las diferentes conferencias que se enmarcaron dentro del congreso se tocaron diversos temas: desde seguridad a bordo a nuevas tecnologías. Lo que nos resultó muy agradable es que los propios observadores están empezando a ver que el monitoreo electrónico es una herramienta muy útil para las nuevas necesidades que hay con respecto al control al que obliga la legislación vigente. Para todo lo relacionado con el control y con la sostenibilidad de los recursos, claro. Es decir, que la propia gente que no fabrica esta tecnología pero que está trabajando con administraciones y haciendo controles en la pesca, demandan que haya más conocimiento y que se saque más partido a esta tecnología.
¿Era la primera vez que este congreso se celebraba en España?
Realmente era la primera vez que se celebraba en Europa, las anteriores ocho ediciones habían sido en Norteamérica, Sudamérica y Oceanía. Seguramente tiene que ver con que la gente que tiene más peso en el comité organizador del IFOMC (Internacional Fisheries Observer & Monitoring Conference) sea de la NOAA norteamericana (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), pero estaba claro que era fundamental que se celebrara en Europa y de ahí que tuviera lugar en Vigo. La próxima edición será en Tasmania (Oceanía).
Desde 2003 no han parado de crecer, de hecho en 2017 RSM les señalaba como una de las diez empresas que más crecían en Europa, ¿cómo se consigue esto?
Sobre todo teniendo un departamento de I+D muy potente, donde ahora mismo trabajan unas 50 personas. Eso nos permite garantizar la sostenibilidad y las políticas de calidad e innovación en los productos que ya comercializamos, y al mismo tiempo poder ir desarrollando los nuevos proyectos. También estamos muy pendientes de las necesidades del mercado para, en paralelo, pensar en proyectos a medio y largo plazo.
¿Cuál es el perfil de esas personas que forman parte del departamento de innovación de Marine Instruments?
Es gente muy joven, experta en su mayoría en el área TIC, tanto en informática, como en sistemas o telecomunicaciones, y después también hay ingenieros para la parte de hardware de los proyectos.
El año pasado se hicieron con una parte mayoritaria de la startup gallega UAV Instruments. ¿En qué se ha traducido esta alianza, se puede hablar ya de algún proyecto conjunto?
Los proyectos de cada empresa son independientes, pero lo que sí favorece esta alianza es primero una estrategia comercial y después, la posibilidad de compartir conocimiento. Nosotros estamos ahora con Tunadrone y compartir ahora conocimiento con UAV Instruments nos ayudará sin duda a entender y perfeccionar mucho más los pasos que tenemos que dar con el Tunadrone y, al revés. Para ellos, que eran una empresa pequeña y querían una proyección internacional, salir de la mano de Marine Instruments también es muy positivo porque les permitirá llegar a clientes internacionales. En este sentido, ya hay alguna empresa de defensa y seguridad internacional que quiere empezar a valorar sus propuestas. Digamos que lo más importante es la simbiosis que puede llegar a haber entre las dos empresas.
¿Y en qué momento se encuentra el proyecto Tunadrones?
Está en un estado muy avanzado, se quieren hacer unas pruebas en el mes de septiembre en el Golfo de Guinea y en función del resultado determinaremos su salida al mercado que será, previsiblemente, antes de final de año.
¿Qué es lo que falta para que se pueda comercializar?
Lo que falta es contrastar si el aparato también es viable en ambientes hostiles. De hecho, las pruebas que hemos ido haciendo han tenido muy buenos resultados, y por eso haremos las del Golfo de Guinea. Lo que se refiere al concepto del diseño de equipo ya está muy avanzado, por no decir casi acabado.
La flota del palangre es la segunda en importancia para Marine Instruments detrás de la atunera. ¿Qué retos presentan estos barcos?
La flota palangrera tiene, generalmente, un presupuesto bastante inferior al de la atunera, con lo que todos los departamentos de compra cuidan mucho más la inversión. Hay que conseguir unos precios muy competitivos y una tecnología que genere un retorno de inversión muy rápido, ese es uno de los principales retos. También hay que tener en cuenta que hablando de este segmento de flota en algunos países no hay una legislación muy clara y hay tecnología que compite con la nuestra o incluso empresas que utilizando la misma tecnología no tienen unos estándares de calidad o unos métodos que son los que legamente se deberían usar. Es decir, ahora mismo creemos que es importante que la gente que adquiere radioboyas para el palangre se fije mucho en que la certificación que tiene sea CE o FCC, si es estadounidense, porque eso da una garantía. También deberían fijarse en las tecnologías porque si en el palangre para la recogida del monofilamento no se utiliza la radioboya, hay otras tecnologías que a veces pueden estar dentro de la alegalidad en un marco legislativo internacional. Creo que es importante defender que la radioboya no sólo es el sistema tecnológicamente más avanzado sino que, con certeza, y avalado por los dos mercados de calidad que tenemos, se puede emplear en prácticamente todo el mundo.
La relación de Marine Instruments con el palangre comenzó en 2008, ¿cómo ha ido evolucionando?
Muy bien, hay que tener en cuenta que el año pasado se fabricaron por primera vez más de 2.000 boyas de palangre, lo que quiere decir que ha sido un éxito. Y además hemos hecho reformas en nuestro departamento de producción para en años venideros poder empezar a fabricar hasta 4.000 boyas anuales.
¿Vuestro principal cliente el sector del palangre es España?
Digamos que está muy repartido y los mercados más fuertes son cinco o seis: España. Francia, Corea, Italia, China y Taiwán. Esos son los más grandes, pero también hay un mercado importante en Uruguay, Caribe e Islandia o Sur de África, por ejemplo.
¿Están preparando alguna novedad con respecto a la radio boya que tienen actualmente en el mercado para el palangre?
Realmente no estamos trabajando en una incorporación nueva en lo que es propiamente la boya. Lo que sí pensamos es desarrollar alguna tecnología nueva para palangre, pero por ahora no puedo comentar nada, habrá que esperar al año que viene.
¿El observador electrónico varía según a qué segmento de la flota vaya dirigido?
Sí, y precisamente tiene mucha importancia en el palangre. Dependiendo de cada flota va a variar el número de cámaras que haga falta y en los palangreros españoles, que suelen tener todos un tamaño de entre 28 y 35 metros, prácticamente por sistema necesitan entre dos y tres cámaras y ahí sí que ya tenemos un trabajo muy avanzado con varias asociaciones de armadores para que se instalen observadores electrónicos en la flota que opera en el Pacífico con la idea de que el 10% de cuota de observadores embarcados que tengan, a la larga pueda ser validada por el monitor electrónico. Es decir, que no tengan que embarcar un biólogo porque el principal problema que acarrea el tenerlo a bordo no sólo es el coste económico, sino que tener una persona embarcada que “no es productiva”, te resta dos manos de obra. Eso provoca que disminuya la rentabilidad de cada marea y es un tema que preocupa mucho al armador . De hecho, en prácticamente todas las asociaciones de pesca de Galicia se han dado cuenta de que promocionar el monitoreo electrónico, a la larga va a traer un beneficio enorme. Estamos todos trabajando conjuntamente para lograr que se valide el monitoreo electrónico como parte de esa cuota de 5% de observador físico embarcado.
En la industria atunera, ya sí que prácticamente toda la flota española tienen ya todos un equipo de monitoreo electrónico embarcado, no por obligación sino porque ‘motu propio’ fue algo que consideraron conveniente en su momento.
¿Es más reticente al cambio el sector del palangre?
De entrada, quizás hayan sido un poco más reticentes a los cambios, pero seguramente por culpa del tema económico porque esto es un coste y al final son flotas que mueven ocho o diez menos dinero que las del atún. Sí que es cierto que quizás al principio lo vieron con un poco de reticencia y más como una herramienta de control, pero ahora se empiezan a dar cuenta de que s muy útil y que les genera un retorno de inversión, y que hay que trabajar bien con ella para que les suponga también una garantía de trazabilidad, además de una buena imagen para la flota palangrera española por el mundo adelante.
¿Están pensando abrirse a otros sectores?
Estamos avanzando un equipo para acuicultura y la idea es sacar a finales de año este equipo, que sería un alimentador inteligente para camarón vannamei, que es el más común en acuicultura. Ya hemos hecho pruebas de la tecnología en Nicaragua y han sido un éxito.