Que el cambio climático es una realidad es algo que ya nadie pone en cuestión y el sector pesquero lleva años preparándose, activando mecanismos de adaptación para el desarrollo de una pesca sostenible. Así quedó de manifiesto en las distintas intervenciones que conformaron el programa de la VII Conferencia Internacional ARVI, que este año se centró en “La pesca ante el cambio climático: impacto, adaptación y mitigación”.
Científicos, responsables de las diferentes administraciones pesqueras y el propio sector explicaron su labor para mitigar las consecuencias de la mayor amenaza medioambiental a la que nos enfrentamos en las dos jornadas de la Conferencia Internacional que arrojó interesantes conclusiones.
Para empezar, los participantes se mostraron de acuerdo en el que la pesca no es problema respecto al cambio climático, sino una parte de la solución al mismo: “Debe constituir una oportunidad para la proteína marina por el papel que puede tener dado su bajo impacto en la huella de carbono, ya que es la de menor impacto ambiental de entre todas las posibles”. Además, la pesca de especies salvajes “no requiere de alimentación de las mismas, ni sistemas de agua circulante, ni otros complementos precisos en producciones en cautividad”.
En este sentido, cabe destacar que la producción maximizada de proteína marina sigue siendo parte de los Objetivos de Gobernanza Global y la pesca contribuye directamente a tres Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: Seguridad Alimentaria; Nutrición y dieta saludable; y Desarrollo Socioeconómico.
El sector pesquero está cansado de ser el eterno culpable y critica los ejercicios que se realizan para equiparar su impacto con el de las explotaciones petrolíferas y minería submarina “porque son insostenibles en el futuro”. Para avalar esta tesis, el sector destaca que la Unión Europea informó que las emisiones de la flota comunitaria se redujeron un 40% en el periodo 1980-2020, “con lo que la pesca tiene buena parte del camino realizado en relación a la ambición europea de reducir las emisiones de CO2 en un 55% en 2030”.
Entre las conclusiones de la Conferencia también destaca la recomendación al sector de “aprovechar sinergias en materia de cambio climático, tanto por parte de ONG’s abiertas al diálogo como de la ciencia”.
Mejora de los combustibles y en el diseño de los aparejos
A pesar de los avances ya realizados, todavía hay margen de mejora y es posible que la pesca continúe a mitigar el impacto del cambio climático con mejoras en los combustibles utilizados (algunos a medio plazo como el hidrógeno), mejoras del diseño de los aparejos para reducir los consumos, y dar a conocer la relación entre el pescado desembarcado y la energía consumida para el proceso de pescarlo. De esta forma, sabrán que algunos artes de pesca no bien vistos, como el arrastre, presentan los mejores niveles en este índice.
En lo que respecta a las capturas, los protagonistas de las jornadas señalaron que las Estrategias de Adaptación pasan por una Pesca Sostenible Maximizada, mediante la aplicación de Reglas de Control de Capturas (HCR) y por una Gobernanza Internacional que desarrollo acuerdos Ad Hoc.También consideran que maximizar el valor comercial de todas las capturas redundará en una potencial adaptación de los tiempos de pesca, adaptando el esfuerzo al valor comercial.
Asimismo, y debido al desplazamiento de los stocks (en la Unión Europea ya pasa en 8 de los 16 principales) científicos y armadores se cuestionan si el principio de Estabilidad Relativa sin modificaciones adaptativas será sostenible a corto y medio plazo (“principio ajustable”). Esta idea está reforzada por las tasas de utilización de cuotas a nivel intracomunitario.
En relación al papel de la UE, los participantes en la Conferencia consideran que la Política Pesquera Común (PPC), “que debe garantizar la generación de beneficios económicos, sociales y de empleo”, debe guiarse por principios de buena gobernanza, en los que la investigación reforzada y los datos armonizados son parte esencial, “y en ellos el sector pesquero desempeña un papel primordial”.
Un buen ejemplo de ello es Gran Sol. Las especies objetivo de este caladero se encuentran en RMS, “lo que demuestra las buenas prácticas de la flota que allí opera”. Es evidente el trabajo que viene desarrollando el sector para intensificar la sostenibilidad a través de mejoras de la eficiencia energética que reduzcan aún más la huella de carbono, el diseño de aparejos, etc.
El desplazamiento de los stocks debido al cambio climático es uno de los temas que más preocupan en la actualidad. De hecho, tal y como quedó reflejado en diversas ponencias, los stocks tradicionales del Golfo de Vizcaya presentan desplazamientos hacia el norte, en algunos casos posiblemente debidos a amplificaciones de reducción de las producciones de fito y zooplancton del área.
Así, queda demostrado que la acidificación, el incremento de la temperatura y del nivel del mar, unido a las consecuencias de esos procesos biofísicos, como las migraciones de stocks al norte o a zonas más profundas, son claras consecuencias del cambio climático.
Países terceros
La gran responsabilidad y las altas exigencias que debe asumir el sector pesquero europeo no se compara a las de ninguna otra flota. De ahí que los representantes de las diferentes asociaciones pesqueras demanden que la mejora de datos y cualquier otra medida que se aplique a la flota para una adaptación creciente al impacto del cambio climático debe llevar siempre pareja la máxima del Level Playing Field, que también debería adoptarse para productos de países terceros en forma de tasa de carbonización.
El sector también cree necesario mejorar la gestión en aquellas áreas que realmente lo precisan (África y Asia), así como buscar un equilibrio del uso sostenible de los recursos marinos. En este sentido, advierten de que “existe un impacto socioeconómico si se reduce la producción de un alimento sostenible por la flota UE, pero también un impacto ambiental si lleva parejo el desplazamiento a aprovisionamientos de flotas de países terceros en los que la sostenibilidad no es un objetivo”.
El ejemplo gallego
Tanto la directora del Intecmar como la propia consejera de pesca gallega pusieron en valor las acciones puestas en marcha por Galicia con respecto al cambio climático. En esta línea, destacaron que en la Estratexia Galega de Cambio Climático e Enerxía 2050, el Observatorio Costero de la Xunta de Galicia está jugando un rol primordial en los trabajos que se llevan a cabo en este ámbito, ampliado ahora por la Red neuronal de centros del conocimiento que también participan en dicha estrategia. Numerosos proyectos de investigación como MarRisk, MyCoast o Ario demuestran el valor de este trabajo.
En la Conferencia Internacional Arvi 2020 participaron, además del presidente de la entidad, Javier Touza, y la conselleira do Mar, Rosa Quintana, los investigadores Elena Ojea, Guillem Chust, Michel Kaiser, Ernesto Penas, Covadonga Salgado y Pilar Vara. Por parte del sector intervinieron, entre otros, Edelmiro Ulloa, Daniel Castro Gordejuela, Iván López, Javier Garat; y Antonio Lizcano, en representación de la Secretaría General de Pesca.